AGRESORES Y AGREDIDOS: BULLYING ENTRE ESTUDIANTES DE SECUNDARIA EN LA PAZ
El bullying –o “acoso escolar”– no es un fenómeno nuevo, aunque recién se ha constituido en objeto de atención en el país. Esa atención, bajo un enfoque simplista de “no a la violencia”, no distingue la violencia circunstancial del bullying como actuación recurrente y estructurada; la ve como un problema de interacciones personales entre alumnos.
Esta investigación demuestra que las conductas abusivas entre estudiantes no son una cuestión limitada a la escuela, sino que se relacionan con las estructuras de autoridad en todos los niveles. Los agresores escolares, de hecho, expresan resistencia a la autoridad y a los valores convencionales impuestos en esos espacios. La conclusión sobresaliente de Javier Campuzano está referida a que esa forma de resistencia es funcional al sistema educativo. Proporciona una especie de válvula de escape para el rechazo sentido frente a la autoridad profesoral y a la arbitrariedad de sus exigencias, pero limitada por la misma subordinación del alumnado; así, los estudiantes se vengan de sus pares más sumisos y débiles, pero nunca llegan a un cuestionamiento de fondo de los criterios base de la superioridad, como el mayor valor de la masculinidad frente a lo femenino, y de los adultos frente a los menores.