Ofrece un modo de presentar un territorio, privilegiando ciertos rasgos, asumiendo ciertas escalas, etc. Al mismo tiempo, dicho ofrecimiento conlleva la promesa de que, de una u otra forma, la representación corresponde con el territorio. El mapa, sin embargo, más allá de la promesa, no puede reducirse a la pura transparencia o subsumirse completamente bajo la metáfora del espejo, es decir, no puede pensarse como copia fiel.